La almadraba puede considerarse uno de los artes de pesca mas antiguos que aún perduran, ya que se remonta a la época de los fenicios y que se mantiene sin apenas cambios.
Consiste en instalar un laberinto de redes en el paso de las especies aprovechando la migración natural de los peces desde el Círculo Polar Ártico hasta el Mar Mediterráneo. Normalmente las redes son colocadas por un mínimo de dos barcos que extienden una red somera que recoja los peces y atunes que caigan en el laberinto.
Gracias a que permanecen vivos hasta que se suben al barco, esta técnica permite seleccionar las piezas idóneas y liberar a aquellas pequeñas o no deseadas. Una vez que se han seleccionado las presas, las piezas se desangran las piezas y se suben al barco mediante arpones entre tres o cuatro pescadores.
Suele utilizarse para la pesca desde atunes hasta especies menores como la lecha, la lubina, el bonito, etc…