Esta especie de cuerpo alargado y robusto, de hasta 50 cm de longitud y color marrón a marrón-violáceo con numerosas manchas amarillentas. Caparazón más o menos cilíndrico, espinoso y punzante. Su cuerpo se divide en dos zonas diferenciadas: cabeza y abdomen o cola. La cabeza, también llamada cefalotórax, es espinosa, destacando en su rostro los ojos, y dos largas antenas que se utiliza para espantar a sus competidores. El abdomen es grueso y musculado protegido por un caparazón grueso que finaliza en forma de cola.
Muestran cinco pares de patas para caminar y carecen de pinzas, a excepción de las hembras, que poseen dos pares de pinzas en el quinto par.
La langosta habita en fondos rocosos, fangosos o arenosos principalmente umbríos y con corrientes moderadas. Se encuentran en las costas del océano Atlántico, así como en el Mar Mediterráneo.
Poseen un periodo reproductivo bienal, generalmente en junio y octubre. Es un marisco de muy lento crecimiento, ya que alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los 4 años, pudiendo vivir entre 20 y 25 años.
Son capturadas mediante distintas artes de pesca, siendo los principales las técnicas de arrastre de fondo, o la utilización de nasas y trampas.
La langosta era un alimento común en los banquetes romanos, siendo utilizada en numerosas formas en la gastronomía antigua. El paso del tiempo, unido a la escasez de sus capturas, han convertido a la langosta en un producto de lujo.
En la Región de Murcia cuenta con 4 puertos que capturan langosta: Cartagena, Lo Pagán, Águilas y Mazarrón, capturando aproximadamente 360 kilogramos anuales de langosta.
Su talla mínima es de 9 cm.
Al igual que otros crustáceos, la langosta es rica en proteínas y baja en hidratos de carbono y grasas, con un aporte de 84 calorías por cada 100 gramos. Entre su aporte vitamínico, predominan las vitaminas B3, A, B9 y B12.
En cuanto a sus sales minerales, la langosta es un alimento rico en zinc, el cual facilita a nuestro organismo la asimilación y el almacenamiento de insulina y ayuda a combatir la fatiga. Además de aportar una cantidad apreciable de yodo, que nos ayuda a fortalecer los hidratos de carbono, fortalecer el cabello, la piel y las uñas.
La langosta es uno de los manjares más suculentos que puede ofrecer el mar, pagándose cifras astronómicas en restaurantes de lujo para conservar estos ejemplares vivos hasta el momento de su elaboración.
Normalmente su elaboración más utilizada es la cocción en agua salada, aunque en las mesas de la región de Murcia puede encontrarse a la planche o cortadas a la mitad y marcadas hasta que la carne comienza a desprenderse del caparazón. Puede encontrarse aderezada con salsa mayonesa, ajo, vinagretas o unas gotas de limón.
ARROZ CON LANGOSTA A LA MURCIANA
Ingredientes:
Preparación:
Calentamos una paella al fuego con aceite de oliva, y cuando esté caliente echamos la cebolla, el pimiento y el ajo, muy picados y los doramos, seguidamente del tomate pelado y lo rehogamos con el sofrito anterior.
Cuando se hayan mezclado bien, agregamos el vino. Seguidamente incorporamos la langosta, que previamente habremos cortado longitudinalmente en vivo. Inmediatamente agregamos el arroz y dejamos rehogar unos cinco minutos en compañía del resto de ingredientes.
Por último, se añade el caldo de marisco y se sazona con las especias. Se deja cocer durante 15 minutos, se rectifica de sal y se retira del fuego, dejándolo reposar durante cinco minutos más. Se sirve muy caliente.
